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"Extraordinary Ordinary"
Rosa Ripoll
Fecha:

del 13/06 al 31/08

Descripción:

La vida a veces se nos acumula, se aprieta, se constriñe, en un acto involuntario, y nos obligan a meterla en un simple puño, tan cerrado y prieto que se nos clavan las uñas en el hueco de la palma.

La agresividad y la infamia de la acción es tan infaustamente respirable y real, como obligarnos a vivir encerrados en jaulas construidas por nosotros mismos y, la cotidianidad, se convierte en un nudo imposible de tragar, angustiosamente atravesado en la garganta.

Sin embargo, hay lugar para la esperanza, esa que se construye con los pequeños gestos que cada día se nos brindan y que, quizá, dejamos escapar como arena de playa entre los dedos: tomar un café, salir a dar un paseo, ver dormir a un ser querido, leer en la calma de una tarde de verano, oler el aroma del café recién hecho desde la calidez de unas sábanas, sonreírle a esos ojos que sabes íntimos, cómplices…

Y ahí, justo ahi, en aquello que parece más fútil, es donde habita y se cobija la mirada y la sensibilidad de Rosa Ripoll, revirtiendo lo ordinario en extraordinario.

Una sensibilidad que aparta, con delicadeza y una hermosura casi de cuento, la neblina de lo que al resto nos cuesta percibir, ver, sentir…

Y una mirada que recoge con cada cargar de una nueva pincelada; con cada capa, formando un sustrato rico de matices; con cada elección en su paleta, repleta de colores vibrantes; la esencia misma de una felicidad sosegada y consciente que, para muchos, pasa insignificantemente inadvertida.

Las obras que Rosa Ripoll muestra en esta exposición, nos relatan, con desgarradora sinceridad, abrumadora generosidad y osada viveza, aquello que la artista aprehendía en ese leve gesto de levantar la vista y permitirse observar: risueñas adolescentes cuya sonrisa solo es visible en el brillar de unos ojos, el juego de manos chispeante y sonoro de unas niñas en la aburrida sobremesa de una tarde de domingo, el detalle de una mano en un gesto sutil que quiere susurrarnos su propio futuro, o el letargo de un mirar de pantalla en el móvil que intenta encontrar más allá del cristal, intangibles y líquidas relaciones.

Por suerte, o por desgracia, no existe un manual de vida que podamos llevar tatuado en la piel, a modo de recordatorio; vivir, tan urgente que se nos esfuma en cada parpadeo, es algo que se aprende sintiendo, arriesgando, amando, sufriendo…, pero qué bellas pinceladas, casi lecciones de ese vivir despierto, nos regala Rosa Ripoll en cada una de sus poesías hechas lienzo.

 

ESPERANZA DURÁN

FUNDACIÓN MUTUA LEVANTE